Cupido se ha modernizado, ha instalado internet en las alturas del cielo y tira sus flechas a golpe de ratón. Incorpora la más revolucionaria tecnología actual a los incontables métodos tradicionales para darte a conocer a tu amado/a. Whatsapps, facebooks, chats, citas rápidas y redes sociales son el pan nuestro de cada día y facilitan encuentros virtuales entre personas próximas o distantes dando paso a los más encendidos sentimientos. Toman con fuerza el relevo al clásico azar de encontrarse con un desconocido/a que confería un aura especial a ese primer instante mágico. Incluso las legendarias agencias matrimoniales y los anuncios de contactos urgentes en los periódicos parecen andar de capa caída.
Cupido lo tiene todo mucho más fácil y parece haber hallado un aliado formidable en internet. Sin embargo, ¿existen nuevos desafíos que debemos arrastrar para que el amor salga victorioso o son los mismos pero vestidos con otros ropajes? En cierta manera, complace observar cómo la fuerza del amor y del deseo es tan arrolladora que poco importa sacrificar las formas y dar la bienvenida a nuevas maneras, a nuevos comienzos.
Cada vez son más numerosas las personas que contactan a través de internet y la red se ha incorporado con tal fuerza a la vida de las personas que la psicología mira con enorme curiosidad esta metamorfosis. Los psicólogos tratamos de abrir un espacio de reflexión al respecto sobre la forma de relacionarnos y hallar el amor.
Todo enamoramiento conlleva un componente de idealización importante. Es decir, tendemos a fijarnos solamente en lo bueno de esa persona minimizando cualquier aspecto negativo hasta límites incomprensibles.
El amor nos vuelve locos pero de una manera muy particular. El amado parece concentrar todas las virtudes para nosotros y se convierte en eje central de nuestros pensamientos. Esto es así hasta tal extremo que el amor provoca cambios a nivel fisiológico de forma que se inhiben aquellas regiones cerebrales donde se procesan las emociones negativas y el enjuiciamiento crítico. Al tiempo que se segregan hormonas como la oxitocina y vasopresina que estimulan el circuito de la recompensa (H. Fisher, Universidad de Rutgers). De ahí que no haya mayor deleite para un corazón enamorado que dedicar largas horas al objeto de su amor y nadie podrá verlo mejor que a través de sus ojos. Es conveniente no asustarse, enamorarse es así. Los demás no entenderán bien por qué alguien le resulta tremendamente atractivo. Ni falta que hace.
Sin embargo, hay que subrayar que enamorarse tiene un componente de ansiedad y nerviosismo inherente a la experiencia misma. Nos jugamos mucho, acabar con el corazón magullado merece al menos tratar de ver dónde nos metemos.
La guía para enamorarse con éxito en internet
Internet ofrece la posibilidad de contactar con personas que muy posiblemente de otra manera jamás se hubiesen encontrado. Esta es la gran ventaja. Aquí te ofrecemos algunas pautas que pueden servirte de ayuda una vez que estés decidido a probar:
1. En un primer momento ve despacio
Piensa primero el tipo de persona que te interesa (edad, hobbies, personalidad…). Piensa en tus necesidades, qué te gustaría compartir, con qué tipo de persona te sentirías a gusto, etc.
2. No te crees altas expectativas
Internet es el medio ideal para potenciar al máximo este elemento de idealización propio de cualquier enamoramiento. La otra persona va a mostrarnos a través de las redes la información que quiere y vamos a carecer de otros elementos que nos permitan ver qué impresión nos causa o cómo nos sentimos.
3. Ten en cuenta que la gente selecciona dimensiones de uno mismo que seducen al otro
Esto no es malo per se, muy al contrario porque permite mostrar y ponerte en contacto con gente con gustos o sensibilidades similares en ciertos terrenos. El reto en este sentido es superar el juego de las proyecciones. Que descubras aspectos del otro que te encandilen: por ejemplo que sea un erudito del cine y te fascinen sus historias, no significa ni mucho menos cómo puede ser en pareja o sobre su capacidad real de vincularse con otro con afecto, intimidad y solicitud. Es parte del cortejo de la seducción, el otro potenciará de él lo que te agrade y no tendrás ningún elemento más para valorar.
4. También es conveniente afrontar esa experiencia sabiendo cómo eres
¿Qué quieres? ¿Qué necesitas? ¿Qué buscas sexo, amor, amistad, compartir tus aficiones? Para luego pasar a averiguar qué quiere el otro de cara a construir algo en el plano de lo real. No te confundas y procura no confundir, como aquel título de una comedia sugería: ¿Por qué hablar de amor cuando quieres decir sexo?. Asombra la terrible ingenuidad con la que a veces las personas encaran las relaciones virtuales y las decepciones dolorosas que ellas conllevan. La palabra amor puede hallarse muy adulterada y no todo el mundo entiende lo mismo. Un mínimo de protección básica no te vendrá nunca mal cuando sea tu corazón lo que esté en juego.
5. Averiguar lo que quiere el otro también puede llevar un poco de tiempo
Puede que tú no engañes pero hay personas que podrán hacerlo fácilmente. Ni que decir tiene que internet es una herramienta perfecta para ello. Recuerdo el caso de un chico que elaboró un perfil falso, cogió una foto de internet e iba diciendo a las chicas que estaba soltero. La realidad era que estaba recién separado y con cuatro hijos.
6. Una vez que conoces a alguien que te interesa queda con él
Si uno se queda mucho tiempo atrapado en los chats podemos crearnos una imagen que no corresponda con la realidad. A través de la red tendremos una imagen parcial de esa persona. Sus gustos, de sus aficiones, sus intereses pero eso no significa que le conozcamos realmente. Conocer a alguien en profundidad y construir un vínculo amoroso duradero lleva tiempo. M. Michelena (2012) nos habla de usar el sentido común y pasar a lo real. Porque sólo entonces usted podrá empezar a pasar de la idealización al conocimiento del ser humano que el otro es con sus virtudes y sus defectos. Aunque en toda relación siempre sobreviva un resto de idealización que facilita la convivencia o nos haga sentirnos especiales porque el otro también nos ve con ese resto de idealización que potencia nuestras cualidades.
7. Disfruta de la búsqueda
En el camino hasta encontrar a tu pareja ideal uno de los objetivos ha de ser divertirse. Adentrarse en la red nos puede enseñar muchas cosas: conocer nuevos amigos, gente de otros lugares, aprender a distinguir qué quiero y qué no quiero, disfrutar de una buena conversación…
Y una vez que conozcas a esa persona, quizás vivas entonces un instante decisivo, aquel en que la relación se pone a prueba, aquel donde se decide si supera el declive de la idealización extrema y el juego de nuestras proyecciones y entonces, sólo entonces podamos congratularnos al decir que ha nacido una bella historia de amor.