
AMAR DE NUEVO: ¿ENCONTRAR O BUSCAR?
Juan se hallaba convaleciente de un divorcio que le pilló con el paso cambiado. Y tenía que volver a empezar con canas en las sienes pero la sabiduría de los años acumulados, dos hijos maravillosos en edad adolescente y la necesidad imperiosa de no olvidarse de sí mismo.
Todos sus amigos le empujaban a explorar las redes sociales como un catálogo de princesas para príncipes despistados pero él dudaba terriblemente porque no se sentía cómodo en ese nuevo orden de las cosas. ¿Qué debía hacer?
Sara, su mejor amiga, le dijo que quizás le viniera bien tomarse un tiempo e ir conociendo las opciones de las que disponía por sí mismo, que pensara en qué necesitaba realmente en ese momento y que no se precipitase porque seguro que, aunque le corroyeran las dudas, llegaría un momento luminoso y feliz en que todo se iría resolviendo en su vida. La tormenta amainaría y el mar emocional se mercería en calma acunado por una dulce brisa marina.
Era importante que no forzara las cosas que no eligiera a alguien desde la hoguera de la dependencia emocional.
Así que Sara pensó en cuando ella cruzó el desierto de su post divorcio y le regaló primorosamente escrito el pequeño fragmento de un libro que como una brújula emocional guió su vida por aquel entonces. Decía así:
“Cuando alguien busca, suele ocurrir fácilmente que sus ojos ven la cosa que anda buscando; este alguien no puede encontrar nada, no deja entrar nada dentro de él, porque siempre está poseído por este fin. Buscar significa tener un fin. Pero encontrar quiere decir ser libre, estar abierto a todo, no tener fin”. (Siddhartha, de Hermann Hesse)
(En la imagen, retrato de Hermann Hesse)